¡Ay mijita, me siento mal, préndele una velita al doctor Amadeo pa’que me ayude!. Exclamaba una pobre doña a su hija en el barrio El Panteón. Posterior a la muerte del doctor Saturno, comenzaron los que en algún momento fueron sus pacientes a pedirle su intercesión ante Dios y los ayudara a curarse.

Es por eso que en su monumento funerario en el Cementerio Patrimonial de Independencia se pueden ver algunas placas de «Acción de Gracias» por favores concedidos. Podríamos decir que en Yaracuy tenemos un segundo José Gregorio Hernández.

Sobre la vida de este ilustre médico, según algunos testimonios y escritos, nació en Puerto Cabello el 15 de junio de 1898, mientras que el portal web Familysearch, nos dice que nació en la misma fecha, pero en Licusati, Italia, hijo de Giuseppe Antonio Saturno y María Rosaria Giuliano. Según la primera versión este fue llevado a temprana edad a Italia, cursó sus estudios en el Colegio Don Bosco y a la edad de 18 se alistó en el Ejército Italiano, Italia había entrado recientemente a la I Guerra Mundial. Interrumpió sus estudios de medicina, que luego de acabada la guerra culminó con éxitos en la Universidad de Nápoles.

Para principios de 1923, se traslada a Venezuela luego de la muerte de su madre. Estando en territorio venezolano revalida su título en la Universidad Central de Venezuela, comienza a trabajar en la ruralidad de Cocorote y pueblos vecinos como Boraure, Aroa y Marín. Estando en San Felipe contrajo matrimonio con la joven María Isabel Bello Antich, de esta unión nacieron sus hijos, Salvador Augusto Italo Saturno Bello, María Auxiliadora, Hugo Orlando y Ofelia Saturno Bello.

El doctor Amadeo Saturno asistió a sus pacientes con gran nobleza y sensibilidad humana, fue médico del primer hospital de San Felipe llamado San Agustín. Lamentablemente falleció el 17 de diciembre de 1956 a la edad de 58 años. En su tumba se levantó un monumento de mármol blanco traído de Italia, el mismo representa o refleja la caridad y bondad de su labor como médico, entre sus brazos sostiene a una dama y con su mano toca un esqueleto que representa la muerte.

En el municipio Cocorote existe una calle que lleva su nombre.

Daniel Navarro Petit @ElJournaldeDani

Fotos: Claudio Cordido Saturno y Daniel Navarro Petit

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