La vida del monseñor Salvador debe ser conocida, puesto a que se entregó en cuerpo y alma a la religión y a servir al prójimo. Llegó al mundo en la población de Carora en el estado Lara, el 21 de octubre de 1895, naciendo en una familia muy creyente al catolicismo, mostrando desde corta edad su vocación. Cursó sus primeros estudios en Carora para luego marcharse a Barquisimeto para estudiar en 1910 en el Seminario de Santo Tomás de Aquino, se convirtió en el pupilo del obispo de la Diócesis monseñor Aguedo Felipe Alvarado, quien lo llevó a Roma de visita y allí comenzaría sus estudios en el Colegio Pío Latinoamericano, entre los años de 1918 y 1921.
Regresó a Venezuela y siguió sus estudios en el Seminario de Caracas, sobresalía entre los demás por su notable preparación, finalmente fue ordenado sacerdote el 14 de mayo de 1922.
Luego de su ordenamiento ocupó como capital del Santuario de La Paz y profesor del Colegio Federal en Barquisimeto. Sin duda alguna el cargo más importante le llegaría en 1927 cuando es elegido como el II Obispo de Valencia, estado Carabobo. Allí en Valencia se preocupó en defender los Derechos Humanos, que fuertemente eran pisoteados en el país bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez. Defendió al pobre y desamparado, mostró interés por los presos políticos que se encontraban en el Castillo de San Felipe, un grupo de personas que se habían alzado en contra del régimen. Todo esto aunado al no querer bendecir la boda del presidente del estado Carabobo por ser alguien divorciado, lo llevó a ser desterrado de su país. Antes de marcharse publicó un artículo en el que hablaba sobre la posición de la iglesia frente al matrimonio, dicho artículo fue también una dura crítica para el gomecismo, la iglesia trató de mediar el destierro, pero surgió una crisis entre esa y el gobierno.
Salvador estuvo en el destierro entre los años 1929 y 1931, viviendo en Trinidad y Roma, volvió a Venezuela luego de ser resuelta la crisis política religiosa. En 1934 viaja nuevamente a Roma por motivos de salud, lo que también lo obligó a renunciar a la Mitra de Valencia. Allí en Roma ingresa a la congregación de Los Padres del Santísimo Sacramento. En 1942, quiso llevar una vida austera e ingresó a la Cartuja de Farneta de Lucca en la Toscana italiana. Cambió su nombre por el de hermano Bernardo María.
Se vivían grandes calamidades en Italia por la Segunda Guerra Mundial, la pobreza, el hambre y la desolación hizo que los padres cartujos tendieran la mano a los que necesitan cobijo, entre esas personas habían algunos de la resistencia italiana, quienes habían intentado defender a su país de las fuerzas alemanas. En 1944 los nazis irrumpieron en el claustro y apresaron a todos los monjes, los llevaron al Monte Magno luego de días de torturas y el 6 de septiembre de 1944, fueron fusilados.
En Valencia se levantó una plaza la cual lleva su nombre, allí unas hermosas piezas en bronce hacen parte del monumento, actualmente sumido en la desidia. La iglesia católica venezolana sigue manteniendo vivo el legado del caroreño Salvador Montes de Oca.
Daniel Navarro Petit @ElJournaldeDani
Créditos a los autores de las fotografías
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