Corría el año de 1967 cuando Santiago de León de Caracas, mejor conocida como Caracas, festejaba en el mes de julio sus 400 años de fundada por Diego de Losada y Cabeza de Vaca, una semana llena de festividades había tenido la capital de Venezuela, calurosos encuentros en sus plazas, conciertos y una serie de eventos emotivos para celebrar tan importante fecha. Lo que no se esperaban sus habitantes era que lo peor estaba por venir.

El reloj marcaba las 8:05 pm del 29 de julio de 1967, cuando la hecatombe flagelo la Caracas cuatricentenaria, un terremoto de magnitud 6,6 en la escala de Richter con una duración de 35 segundos, bastaron para dejar un saldo de 2000 heridos y 236 muertos, cientos de edificaciones destruidas y 80 mil personas sin vivienda, en una ciudad festiva pero enlutada. Al movimiento sísmico le siguieron aproximadamente 30 réplicas y fue tan fuerte el terremoto que se rompieron los equipos de percepción y medición de movimientos telúricos que se encontraban en el Observatorio Cajigal, la prensa ese día hizo un cubrimiento de 24 horas ininterrumpidas para la televisión.

A raíz de este infortunio, no bastaron en aparecer o escucharse los cuentos, las anécdotas de aquella trágica noche.

El más famoso de los relatos tiene que ver con la cruz de la Catedral de Caracas, una cruz pontifical de 4 brazos, estaba a punto de cumplir 100 años de haberse colocado encima de la catedral, cuando el movimiento telúrico hizo que se desprendiera de su lugar cayendo al pavimento, destrozándose por completo. Los que se encontraban cercanos a la iglesia recogieron los pedazos para conservarlos como prueba de aquel momento en que la tierra dejó de rugir. Lo más insólito, es que por muchos años se ha dicho que en el preciso momento en que la cruz cayó, el terremoto cesó y extrañamente había quedado la marca de la cruz pontifical en la vía, a lo que en ese instante ya los curiosos habían comenzado arrojarle monedas y billetes.

Otro de los hechos fehacientes que causó pánico fue una particular grabación en el estudio Sonomatrix de Caracas, donde los técnicos López, León y Narváez, procedían a realizar un playback a una canción titulada “Mi Navidad” que interpreta el coro infantil Armonía Navideña, el playback es un proceso que permite colocar voces y efectos sobre una grabación, es por esto que en el audio el coro de niñas no se escuchan afectadas por los nervios, ya que no se encontraban en el lugar. Al momento del terremoto, los trabajadores corrieron y los micrófonos quedaron encendidos y pudieron grabar el momento en cuando todo sucedía. La empresa FAVEDICA, tiempo después editaría el audio y lo sacaría en un disco donde se explicaría lo sucedido.

La sociedad venezolana de hace unos 50 años, estaba acostumbrada y era fiel creyente a las predicciones que se hacían llegar meses antes de terminar un año o empezando. Todos esperaban que las pitonisas o videntes predijeran que les depararía el venidero año y es así como los medios impresos del año 1967 publicarían en el mes de enero, como portada de la Revista Elite, “¿Un terremoto destruirá Caracas?” título que contaba con una gráfica de las torres del Silencio, en donde Marina Marotti vidente italiana predecía la destrucción de Caracas, meses después su predicción se cumpliría. Lo mismo pasó con un parapsicólogo, el Dr. Luis Hernández, quien una semana antes anunciaría un terremoto en la ciudad de Caracas y que iba a ser más fuerte que el de 1812, en efecto, su profecía se cumplió.

Los populares bloques del 23 de enero se movían como gelatina, correr para salvarse era la única opción que los ciudadanos conocían. Una niña de dos meses había sido dejada al cuidado de una tía y demás familiares, mientras la madre de la pequeña se encontraba de visita cerca de su domicilio, pero, la naturaleza sin avisar empezó hacer de las suyas y la tierra comenzó a rugir; la tía que estaba al pendiente de la niña, salió corriendo nerviosa y en su andar de pánico le entregó la criatura a un vecino para ella seguir hasta abandonar el edificio. Afortunadamente el hermano mayor de la niña, quien estaba llegando al lugar, pudo reconocer a la pequeña que se encontraba en los brazos de aquel hombre, cubierta en una fina manta que la hizo reconocer como su hermana pequeña, la arrancó de los brazos del señor que por unos minutos la cuidó y se la llevó consigo hasta el décimo segundo piso donde vivían. Por poco la niña se perdía y esa niña era mi mamá.

Desde este terremoto, gracias al presidente de la época Raúl Leoni, se idea la creación de un instituto que se encargará del estudio e información de los eventos telúricos en el país y es bajo el mandato de Rafael Caldera cuando se crea la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS).

Daniel Navarro Petit @ElJournaldeDani

Créditos a los autores de las fotografías

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