Negándose a sucumbir en el olvido de los capitalinos, se encuentra el Museo Sacro de la Arquidiócesis de Caracas. Este lugar encierra la historia del catolicismo de la ciudad.
La edificación se construyó con el fin de ser el Cementerio de la Catedral, que data del siglo XVII. El Ayuntamiento caraqueño ordenó la construcción del mismo en el año de 1673. De igual forma en dicho terreno se dispuso la construcción de una cárcel eclesiástica durante los siglos XVII y XVIII, específicamente en el año de 1713, allí serían encerrados aquellos miembros de la iglesia que cometieron delitos contra las buenas costumbres, moral y religión.
Con respecto al cementerio, se cuenta que en uno de sus muros pueden estar reposando los restos de los primeros obispos de Santiago de León de Caracas y algunos prelados de la iglesia de la ciudad. Como parte del cementerio, existe una fosa común donde se consiguieron los restos de al menos 25 personas, quienes fueron víctimas de la crueldad de José Tomás Boves cuando tomó la ciudad. Para 1872 el cementerio dejó de funcionar por órdenes del presidente Guzmán Blanco, ya que se habría hecho la prohibición de inhumar personas en los templos y capillas, todo esto se consideró insalubre, además que llegaría un moderno cementerio a la ciudad, bautizado como el Cementerio General del Sur, hoy en completo abandono.
Sobre el cementerio y la cárcel ya en desuso, se dispuso en 1888 la construcción de una edificación por parte del obispo Críspulo Uzcátegui, la cual sirvió como Colegio Episcopal. Su estructura es la que actualmente se conserva, esta edificación es de planta rectangular, organizada alrededor de un patio tipo colonial y corredores cubiertos.
El Colegio o Seminario Menor estuvo en funcionamiento hasta la década de 1940, de allí pasó a ser sede del diario “La Religión”. Luego el edificio fue intervenido y restaurado, declarándose en 1981 como Monumento Histórico Nacional y desde 1993 exhibe la historia eclesiástica de la ciudad a través de obras de artes religioso colonial, piezas de orfebrería, ornamentos litúrgicos e indumentaria, algunas piezas datan del siglo XVIII y siglos posteriores, lo cual le da un carácter histórico al lugar, por lo tanto debe ser preservado y visitado.
No dudes en visitar este lugar, una joya en la capital venezolana.
Daniel Navarro Petit @ElJournaldeDani
Fotos: Brisa del Mar y archivos web
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