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Antes de que la desidia y falta de medicamentos atemorizara a los médicos y pacientes del JM de los Ríos, era un ser del más allá quien le ponía los pelos de punta a quien se enterara que había tenido contacto con la enfermera fantasma. Es que los centros de salud son lugares con una fuerte carga energética, por lo cual es posible que en muchos centros médicos al caer la noche, algunos seres buscan luz se aparecen en sus pasillos.

El Hospital de Los Niños o Hospital Dr. José Manuel de los Ríos, fue fundado hace 85 años y desde su fundación se convirtió en uno de los centros de salud infantil más moderno, además de contar con alto equipo de tecnología y estudios. El personal en sus inicios estaba altamente capacitado para la atención de los niños, de hecho hay una enfermera que se niega a irse de los pasillos del hospital.

Sobre la enfermera poco se sabe, pero este ser acompaña a los moribundos en su trance al más allá, también avisa a los médicos sobre las condiciones de los pacientes, hace rondas por los pasillos y en ocasiones hasta cruzar algunas palabras con los niños y familiares. Se cuenta que la enfermera se le aparece una sola vez a cada paciente. Ricardo aún recuerda aquellas frías manos que lo clamaron en una noche con mucha fiebre.

Olga Barrios llevó a su hijo de tan solo 8 años a urgencia del hospital, este presentaba una fiebre que no se le bajaba con ningún medicamento, la madre angustiada llevó a su hijo para que los médicos lo atendieran y le hicieran un diagnóstico para saber que tenía su hijo, a lo pocos minutos de haber ingresado, el niño fue hospitalizado. Corría el mes de agosto de 1995 y Ricardo no estaba solo en su habitación, habían dos niños más por lo que las risas y algunos momentos de juego, no se hacían esperar, por las noches el llanto de los otros niños no lo dejaban dormir y en una de esas noches en las que casi conciliaba el sueño, llegó una enfermera vestida de cofia y capa azul, colocó sus manos sobre la frente de Ricardo y el frio lo despertó inmediatamente, el niño la miró fijamente a los ojos y le preguntó que si iba a morir, la enfermera sonrió y le dijo que no.

Le suministró el medicamento en el suero, le dio una palmada suave en el hombro y le dijo con voz dulce: ¡Descansa!. Ricardo se quedó profundamente dormido y a la mañana despertó y le contó a su madre, que mientras ella dormía una enfermera lo trató muy bien y no lloró al verla, pues Ricardo le daban miedo los médicos y enfermeras, pero con aquella no fue así, hasta se sintió en confianza de hablarle. La madre asombrada decidió averiguar sobre quién era esa enfermera, pero para su asombro en esa madrugada no hubo enfermera de turno, sino enfermeros de guardia. La recepcionista le contó que su hijo había visto a la enfermera fantasma, que se le aparecía a algunos niños y familiares, pero que no era un fantasma malvado, pero que si asustaba cuando todos se enteraban de que habían tenido contacto con un ser del más allá.

Ricardo no volvió a ver a aquella mujer, ese mismo día fue dado de alta y solo 5 años después, su mamá le contó la verdad.

Daniel Navarro Petit @ElJournaldeDani

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